elPeriódico, edición 8 de abril de 2018, publica un importante artículo de la periodista y escritora Ana María Rodas.
El tema es de interés general, pero debe concitar aún más el interés de los antigüeños y residentes de sus alrededores para RESCATAR y tratar de conservar lo que aún queda de la ciudad patrimonio cultural de la humanidad. Nota de Ernesto Sitamul.
A continuación el artículo citado arriba:
Muy recientemente una funcionaria de la delegación de UNESCO en Guatemala afirmó que “no hay intención de retirarle a La Antigua el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad”. Esta discreta información, a propósito de los nefastos planes de la alcaldesa de la ciudad, Susana Asensio y sus “amigos inversionistas y dueños de la tierra” como los nombrara Asensio antes de tomar posesión del cargo que, solo en salario y dietas le reporta una suma que se acerca a los Q80,000 mensuales: Q60,000 de salario y el resto, dietas por cada sesión del Concejo.
No creo que Asensio –en cuya formación (?) política tuvo al alcalde Arzú– posea ni los conocimientos ni la intención de proteger La Antigua en sus aspectos arquitectónico, cultural e histórico. Se interesa en quedar bien con aquellos que aportaron los fondos y se movilizaron para llevarla al puesto que ostenta: sus amigos inversionistas y dueños de la tierra. No me consta que ella misma posea terrenos que circunden La Antigua.
No todo el mundo sabe que, alrededor de un área patrimonial debe existir lo que se conoce como “zona de amortiguamiento” y que es un espacio destinado a la conservación de ese patrimonio cultural.
La Antigua es, con calles, edificios, plazas, etcétera, uno de los patrimonios culturales más importantes del país. Del mundo entero. Pero se encuentra amenazada, en su zona de amortiguamiento, por los inversionistas y dueños de las tierras adyacentes a la ciudad, quienes –con la aprobación e interés de la alcaldesa Asensio– se aprestan a construir lo que sin duda será una arquitectura ilegal y abominable que conducirá a la destrucción de una ciudad construida en la primera mitad del siglo XVI, y que constituyó la sede del Gobierno de Mesoamérica: desde México hasta Costa Rica.
Existe la Fundación Panchoy, integrada por los dueños de grandes extensiones de tierra que rodean a La Antigua. Tierras situadas en esa zona de amortiguamiento que es preciso proteger para que la ciudad no perezca bajo las construcciones nuevas que se encuentran planificadas porque representan grandes cantidades de dinero para sus dueños.
Refiriéndose a los inversionistas que la llevaron a la Municipalidad de La Antigua, la alcaldesa dijo: “ellos me dejarán tomar posesión el 15, pero el 16 me presentarán sus proyectos. Y se los tendré que aprobar”, argumentando que no existen leyes que impidieran tal aprobación. Falso.
El arquitecto José María Magaña, uno de los más acendrados defensores de La Antigua, informa que además de la Fundación Panchoy, “el Programa Nacional de Competitividad (Pronacom) entidad mixta público/privada, impulsa la Planificación de ordenamiento territorial, conservación patrimonial y desarrollo económico para el departamento de Sacatepéquez, sustentada en un préstamo por US$3.5 millones con el BID. El beneficio es dudoso y el valor del contrato con la empresa española IDOM, por Q10.5 millones, injustificado.”
“Ante eso, el Consejo Cívico de Vecinos de La Antigua Guatemala emitió el Manifiesto por La Antigua Guatemala, el 15 Dic 2017. En el se remite al inciso e) del Artículo 5° de la Ley Protectora que da al Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala (CNPAG), la atribución de formular el Plan Regulador y someterlo a la aprobación de la Municipalidad, así como la existencia de 18 instrumentos técnico-legales de planificación, elaborados durante los últimos 30 años, con aporte de vecinos y cooperación internacional, sin costo para el país, que no son tomados en cuenta.”
Pero hay una sordera general entre funcionarios de diversa especie.
El peligro que se cierne sobre La Antigua desaparecería si el actual Ministro de Cultura prosiguiera los trámites iniciados por ese Ministerio a fines del año 2015 ante la máxima autoridad de la UNESCO, solicitando la visita a La Antigua de una misión técnica para comprobar el estado de la ciudad y su zona de amortiguamiento. Los vecinos de La Antigua han reunido fondos para los pasajes de la misión, así como el alojamiento de sus miembros.
El Ministro de Cultura tendría que actuar y no lo ha hecho. La UNESCO no puede venir a Guatemala si el señor Chea no solicita formalmente la misión que podría salvar a La Antigua.