¿Por qué tanto candidato presidencial?
Ernesto Sitamul
Las
elecciones generales de 2019 presentarán un número de candidatos presidenciales
nunca antes visto en la historia electoral de Guatemala, pudiendo elevarse a 26
fórmulas, sino no se produce una segunda coalición o alianza entre dos o más
partidos políticos. Esta semana se anunció la mancuerna entre unionistas y
partido Movimiento Reformador, que por cierto se cambió de nombre, con fines
inconfesados.
Los
ciudadanos deben preguntarse ¿Por qué tanto candidato presidencial? La respuesta no es solamente política; también es
de orden legal. Desde lo político, todo candidato presidencial, en su calidad
original de ciudadano tiene derechos cívicos y políticos. Cuando un ciudadano participa
como candidato a un cargo de elección popular ejerce los derechos de libertad
de organización y a ser electo para un cargo público, de conformidad con la
Constitución Política de la República y la Ley Electoral y de Partidos
Políticos (Lepp).
La respuesta a la pregunta
del párrafo anterior encierra tanto lo político como lo jurídico. En
primer lugar, la posibilidad de que haya tantos candidatos presidenciales -y a
otros cargos públicos-, obedece a la multiplicidad de partidos políticos, lo
que no necesariamente significa mayor democratización de la sosegada y estoica sociedad
guatemalteca. En el segundo lugar, la numerosa participación de candidatos a la
Presidencia se explica por las reformas a la Lepp, aprobadas por el Congreso en
2016, las cuales obligan a los partidos a participar en las elecciones
generales, de lo contrario desaparecen, o pierden su legalidad.
De
acuerdo con el Art. 93 de la Lepp, los partidos que no postulen candidatos a la Presidencia
y Vicepresidencia de la República, o que no postulen candidatos a diputados en
más de la mitad de los distritos[1],
serán cancelados, salvo que en la elección el partido haya ganado
representación en el Congreso.
*La mayoría de los 27 partidos no tiene
posibilidades de disputar la Presidencia.
*Solo los partidos con amplia base
territorial pueden ganar un número relevante de diputaciones.
*Posiblemente la mitad partidos no ganará una
sola diputación. En la actualidad, hay diputados de 13 organizaciones
políticas.
*La sola participación con candidatos
presidenciales salvará la existencia legal de varios partidos.
*Si un partido no participa con fórmula
presidencial, entonces tiene que presentar candidatos a diputados en la mitad
de los distritos electorales, para salvar el “pellejo”.
*Lo anterior significa que un partido tendría
que presentar candidatos a diputados en 12 distritos electorales, lo que es
casi imposible para la mayoría de partidos.
*Un partido puede salvarse de ser cancelado
si obtiene una curul en el Congreso.
Queda
claro que hay una base jurídica que está determinando la inscripción de tantos
candidatos a la Presidencia de la República, lo que resulta más barato, que
postular 12 planillas a diputados distritales.
El negocio de los partidos
Está
demostrado que los partidos son maquinarias electorales, fichas que se venden
al mejor postor; por lo tanto, no son auténticas instituciones políticas que
gocen de la confianza y credibilidad ante la ciudadanía; sin embargo, para los
políticos que dan la cara, como representantes legales, tener una ficha es una moneda de cambio,
para negociaciones espurias con los candidatos que pasan a la segunda elección
presidencial.
Es
común negociar sobre la base del número de votos obtenidos. Si la cantidad es
significativa, el Secretario General del partido negocia a su favor un puesto
de ministro y direcciones en la administración pública. Otro negocio es sacarle pisto a uno de los
candidatos que pasaron a segunda vuelta, a cambio de hacerle propaganda y otros
favores, generalmente arreglados bajo la mesa.
En
mi opinión, todo lo anterior tipifica plenamente algunas de las conductas de la
vieja política, las cuales la ciudadanía debe rechazar, porque es una forma de
comenzar a transformar el sistema político, recordando las palabras del jefe de
la CICIG, Iván Velásquez, de que el pecado original de la democracia guatemalteca está en
el financiamiento electoral ilícito.
Petatán,
9 de febrero de 2019.
[1]
En el sistema electoral guatemalteco, cada departamento constituye un distrito;
solo el departamento de Guatemala forma dos distritos: la capital y los
municipios del departamento de Guatemala, sumando 23 distritos.