Crónicas de encierro
La generación coronavirus y la igualdad
de género
Ernesto Sitamul
El pasado 11 de mayo, navegando en el
sitio de Centroamérica Cuenta, en Facebook, me encontré felizmente con un
archivo del conversatorio sostenido entre el expresidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el escritor y
ensayista mexicano Enrique Krauze,
con la moderación del periodista y escritor Felipe Restrepo Pombo. Los tres abordaron los retos para América
Latina después de la pandemia del coronavirus, Covid-19.
A pesar que durante los primeros 20
años del siglo XXI ya ha habido otras pandemias, como el Ébola o el Cólera, la
del nuevo coronavirus vino a poner de cabeza al mundo entero, con severas
consecuencias en la salud y la economía. Incluso, ha golpeado todas las
economías, sin importar su tamaño (aunque aquí entran en juego las decisiones
políticas, acertadas o no), como el caso de Nueva York, símbolo de la economía
más grande del mundo, según lo expuesto por Santos. Estamos viviendo un mundo
inédito, “un virus que le pega fuerte a la aldea global”, sentenció Krauze.
La pandemia ha desnudado la debilidad
y la finitud del ser humano. Ahora los gobiernos y los políticos deben
enfocarse en revalorar los sistemas de salud pública (para transformarlos) y en
la desigualdad y la pobreza. Al respecto, Santos considera que habrá efectos en
aquellos sectores de la población que estaban saliendo de la pobreza, porque, volverán
a sentir carencias sociales y económicas, derivadas de esta emergencia. Y, agrega,
para enfrentar los retos que dejará la pandemia se necesita liderazgo y buen
gobierno.
Los jóvenes deben apropiarse del
futuro. Esta
experiencia inédita se está sintiendo fuerte entre la juventud que promedia los
25 años; son ellos los que deben apropiarse del futuro, porque lo que estamos
viviendo los ha vuelto súbitamente adultos, expresa el escritor
mexicano. Y, agrega, ésta es la que “yo llamo la generación coronavirus”. Si esta
afirmación se convierte en realidad, me imagino un resurgimiento de la participación
ciudadana y de las organizaciones de la sociedad civil, tomando la estafeta y el
liderazgo con ese vigor juvenil, concentrado en hombres y mujeres. Krauze cree en un
nuevo orden, después de la pandemia, en el que habrá nuevos liderazgos, una
mayor igualdad de género, y, por eso, expresa, “ley doy la bienvenida a la
nueva era de la mujer en la humanidad”.
Tanto Krauze como Santos perfilan un
liderazgo basado en la empatía, canalizando las demandas sociales, sin polarizar
a la sociedad, sino concitando al diálogo, al debate informado y al entendimiento.
En Krauze,
el debate resulta tan relevante, que lo considera vital para todo sistema
democrático, cuando afirma que “una sociedad es mejor en la medida que tiene un
debate público mejor (informado, serio y con sustento argumental).
Es un ejercicio de la razón, que en este caso permite indagar porqué pasan las
cosas como están ocurriendo, y cómo salir de la crisis.
¿Por qué los jóvenes deben apropiarse
del futuro? En algunos países de América Latina (Chile, Colombia, Nicaragua,
para citar solo unos ejemplos) la pandemia sorprendió a la sociedad en medio de
grandes protestas sociales, que invocaban la desigualdad histórica que sufren. Ese clima de
indignación solo se congeló con la llegada del coronavirus; después, la gente volverá
a las calles, explica Santos, y es allí donde se necesita un
liderazgo empático, que sea capaz de interpretar el contenido de las protestas.
Los jóvenes, ahora están haciéndose rápidamente
adultos; la pandemia los está marcando y les está dando un mensaje, porque el
futuro es de ellos; entonces, es como un llamado a ejercer sus derechos cívicos
y políticos, para construir el futuro que desean. Y, parafraseando a Enrique
Krauze, considero que la juventud en algunas sociedades de América Latina debe
salir de su confort.
Es posible que la pandemia y el encierro obligatorio haga reflexionar a los jóvenes (hombres y mujeres), porque son ellos quienes encarnan el nuevo liderazgo, que tendrá que enfrentarse a otra pandemia que ya tenemos encima: el cambio climático.
Es posible que la pandemia y el encierro obligatorio haga reflexionar a los jóvenes (hombres y mujeres), porque son ellos quienes encarnan el nuevo liderazgo, que tendrá que enfrentarse a otra pandemia que ya tenemos encima: el cambio climático.
Guatemala, 12 de mayo de 2020.
*Fotos tomadas de google