El pecado original de la democracia

Temeraria propuesta de reforma electoral

Ernesto Sitamul

El pasado 15 de enero elPeriódico (pág. 5) publicó una nota sobre la iniciativa ley presentada por el diputado Rudio Lecsan Mérida (ex director de la PNC y ex FRG) para reformar 24 artículos de la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Este diputado abiertamente está en contra de la transparencia y la fiscalización a los partidos. Me parece que es una propuesta regresiva, porque va en contra la transparencia y la fiscalización.


Este diputado quiere que se elimine la fiscalización de la Contraloría General de Cuentas. No obstante,  cabe recordarle que los partidos reciben financiamiento público. Tampoco le gusta que estas organizaciones tengan que presentar informes a la SAT, la Superintendencia de Bancos y la Superintendencia de Telecomunicaciones. Mérida quiere regresar a tiempos oscuros del financiamiento político, porque también propone restablecer que los partidos y los candidatos puedan recibir contribuciones anónimas, o sea, cheques al portador. Esto es peligroso, al sistema democrático, porque significa abrir las puertas “de par en par” al dinero sucio, proveniente del narcotráfico y otras bandas criminales.

La ponencia de este diputado es temeraria. A juzgar por la publicación periodística, además de permitir que los partidos reciban toda clase de donaciones, también quiere que se eliminen los registros contables. O sea, quiere eliminar todo rastro del dinero mal habido que ingresa a los partidos, o el dinero de aquellos empresarios, que solo han querido “salvar la democracia”, con aportes millonarios anónimos, como ocurrió con el financiamiento a la campaña del mal recordado Jimmy Morales (2016-2020), según fue documentado por la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig). Estoy de acuerdo que la Lepp no es intocable, que tiene imperfecciones, que deben corregirse. Pero toda reforma debe propender a mejorarla. La ley debe ser sencilla, comprensible, neutra y general, evitando la discrecionalidad de la autoridad, en este caso del Tribunal Supremo Electoral.

Mis conclusiones

1. Aunque los diputados tienen la atribución y la libertad de proponer iniciativas de ley, siempre deben tomar en cuenta la opinión de la ciudadanía. En el caso de la Lepp, la Comisión de Modernización y Actualización Electoral (Came) ya evaluó la aplicación de la ley en las pasadas elecciones y entregó un informe extenso a los magistrados actuales del TSE.

2. Toda reforma a la Lepp debe ir solo en el sentido de mejorarla, para fortalecer nuestra incipiente democracia. Es inaceptable que se pretenda eliminar todo el sistema de fiscalización a los fondos públicos y privados que manejan los partidos políticos, porque contraviene la Constitución, en materia de publicidad, transparencia y fiscalización.

3. Pienso que esta propuesta fue elaborada por encargo. Distrae la atención de la opinión pública. No obstante, debe recordarse que el diputado Lecsan Mérida, del partido Humanista, es aliado de la pandilla de diputados que controla las grandes decisiones del Congreso. Juzgue la opinión pública.

4. Las reformas a la Lepp deberían ser aprobadas este año, para que se puedan implementar en las elecciones de 2023. A la fecha no he leído, que los magistrados del TSE hayan presentado al Congreso de la República una propuesta de reformas, a pesar que la Lepp indica que esa iniciativa deberá conocerse antes que finalice el primer período de sesiones del año siguiente a las elecciones.

5) Además, las reformas deben someterse a amplio debate en la Comisión de Asuntos Electorales del Congreso, en las bancadas, dando participación a la ciudadanía. Por cierto, durante las jornadas de la Came, varios líderes de organizaciones de sociedad civil propusieron dar acompañamiento a una posible iniciativa del TSE.

6) Insisto en algunas reformas vitales para fortalecer la democracia: i) revisión y fortalecimiento de las normas de fiscalización al financiamiento a los partidos, recordando que éste constituye el pecado original (según estudio de la CICIG), y que ese es el mecanismo de cooptación del Estado; ii) regular que los partidos solo puedan inscribir candidatos en los distritos donde tengan organización vigente (para diputados y corporaciones municipales); iii) fortalecer el sistema igualitario de acceso a los medios de propaganda para la campaña electoral, iv) evitar la judicialización de los procesos electorales. Para el efecto, las resoluciones del TSE solo serán apelables ante la Corte de Constitucionalidad, v) si la reforma se hace tardía, generará un clima de inseguridad jurídica para las próximas elecciones. Hay que tomar en cuenta que estos magistrados son novatos en dirigir elecciones, y, además, cometieron un grave error: “desmochar” a los mejores funcionarios del tribunal, desde su llegada. En un ambiente de caos, los corruptos son los que más se benefician, en perjuicio de los candidatos que tienen menos recursos.

Antigua Guatemala, 20 de enero de 2021. Foto tomada de Google.