La fiesta de la Asunción en tiempos del coronavirus
Ernesto Sitamul
Dos años sin que la Virgen de la Asunción sea celebrada con actividades religiosas, populares y públicas, debido a la pandemia del coronavirus, Covid-19. El 13 de marzo de 2020, el gobierno de Guatemala anunciaba la imposición del Estado de Calamidad Pública, porque se habían presentado los primeros contagios y era inminente la propagación de ese enemigo invisible. En esa ocasión, era la víspera del tercer domingo cuaresmal, cuando sale en procesión la imagen de Jesús Nazareno, conocido como “El Dulce Rabí”, en el viejo pueblo de Jocotenango. Como consecuencia de esa disposición y sus prórrogas, no se pudo llevar a cabo la festividad asuncionista.
Un año después, el 13 de agosto, justamente cuando se realiza la procesión de la
Dormición o del Tránsito, el gobierno vuelve a implantar Estado de
Calamidad Pública, ante una nueva ola pandémica, que ha provocado otra vez, el
colapso del sistema hospitalario público, ahora agudizada por la variante
Delta. A la fecha, Guatemala suma casi 11,000 muertes y acumula más de 400 mil
personas contagiadas, de todas las edades.
La festividad de la Asunción vive la “nueva normalidad”. Los actos religiosos están limitados a sitios interiores. Las pocas personas que pueden participar tienen que guardar el distanciamiento social, usar mascarilla y aplicarse gel al ingresar a las iglesias. Mientras las actividades populares o feriales, en los exteriores de los templos, siguen suspendidas. Los pocos eventos que se realizan son transmitidos por medios digitales, como el caso del baile de gigantes, que se realiza el 14 de agosto. Asimismo, el concierto marimbístico y la serenata, hacia la media noche, en el templo de asuncionista. A pesar de estos inconvenientes y sinsabores, la fe de los devotos marianos se ha hecho sentir, especialmente con sus oraciones y pedidos para que la Virgen María, en su advocación de la Asunción interceda para que mengue y desaparezca ese enemigo invisible, que asedia con dolor, luto y muerte al mundo entero.
El
viernes 13 participé a través de ZOOM, en una interesante conferencia sobre el
patronazgo de la Virgen de la Asunción, siendo expositor el magister en
historia Mauricio Chaulón. Me siento
honrado y agradecido por la invitación que me hizo Eugenia de Calderón, no solo
para esta conferencia, sino para intervenir en la última del mes asuncionista,
a celebrarse el 27 de presente.
El patronazgo de la Asunción trasciende los siglos y los territorios,
generaciones y culturas. Por decisiones políticas de la monarquía española, se
rompe el cordón umbilical que unió tres asientos de la capital del reino de Guatemala
con el patrón Santiago Apóstol. Cuando se decide trasladar la capital colonial hacia el
Valle de la Ermita o de las Vacas, está fue puesta bajo la advocación de la
Virgen de la Asunción.
Ese patronazgo también tuvo un
elemento cohesionador desde lo social, político y cultural con los pueblos que
ya se encontraban bajo esa advocación mariana, los cuales eran habitados
mayoritariamente por indígenas. En especial menciono el caso del viejo pueblo
jocoteco, en el Valle de Panchoy, que al ser traslado a la Ermita, consolida su
importancia y su relación con la capital. Hasta
muchos años después, el Papa Pío XII declaró el dogma de la ASUNCIÓN, el 1 de
noviembre de 1950, o sea que apenas han pasado 70 años de ese acontecimiento, el
cual renovó la fe y la esperanza en la Virgen María, para alcanzar un mundo de
amor, donde reine la paz, como fruto de la justicia social.
¿En dónde se celebra a la virgen de
la Asunción? Entre los municipios guatemalteecos bajo su advocación, figuran:
1. Colotenango, Huehuetenango,
2. Cantel, Quetzaltenango,
3. Asunción Mita, Jutiapa,
4. Tacaná, San Marcos,
5. Tactic, Alta Verapaz,
6. Sololá, cabecera del departamento del
mismo nombre
7. Jocotenango, Sacatepéquez.
8. Guatemala, cabecera del departamento
del mismo nombre y capital de la República de Guatemala.
Asimismo, hay investigaciones
históricas que mencionan también bajo esa advocación a los municipios de
Joyabaj y Santa María Nebaj, ambos del departamento de Quiché; Tacaná, en San
Marcos, y Chiquimula, cabecera del departamento del mismo nombre.
Posterior a la publicación de mi obra
LA ASUNCIÓN, DE PANCHOY A LA ERMITA, me enteré que hay otros pueblos que tienen
como patrona espiritual a la Virgen de la Asunción. Uno de esos es la aldea Santa María Cauqué, perteneciente a Santiago
Sacatepéquez. También puedo mencionar que el municipio de Sumpango que tiene
como segunda patrona a la Virgen de la Asunción.
Sin
embargo, la trascendencia del patronazgo de la Asunción es mucho mayor.
Trasciende desde tiempos coloniales hasta nuestros días, en España y otros
países del continente americano. De lo expuesto por el maestro Chaulón cito: la
Catedral de México tres veces ha sido dedicada a la Virgen de la Asunción
(1656, 1667 y 1851). Cien años antes, el primer Concilio Provincial Mexicano
(1555) dispuso que la festividad de la Virgen de la Asunción debía guardarse, y
estableció que eso sería extensivo a los pueblos del Reino de Guatemala. En el Virreinato
de México figuran las catedrales de Oaxaca, Zacatecas y Guadalajara, y la de
León, en Nicaragua.
En el viejo Jocotenango
En el viejo pueblo de Jocotenango, el
13 de agosto se procesiona en los alrededores del templo a la Virgen del
Tránsito, mientras que en el Jocotenango capitalino suele hacerse en el
interior de la iglesia, el 14, en la víspera de la Asunción de María, en cuerpo
y alma al cielo.
Ya por esos días, la animación
popular se manifiesta en las plazuelas de los pueblos, con juegos mecánicos,
comidas ligeras o chucherías, conciertos de música, incluyendo ensambles
marimbísticos. También hay eventos deportivos, sociales y culturales, pero
ahora, por la presencia del coronavirus, vivimos una nueva normalidad.
La asunción de nuestra Señora
“Al
cielo vais, Señora; allá os reciben con alegre canto.
¡Oh
quién pudiese agora, asirse a vuestro manto,
para
subir con vos al Monte santo!
De
ángeles sois llevada, de quien servida sois desde la cuna;
de
estrellas coronada, cual reina habrá ninguna,
pues
por chapín lleváis la blanca luna”.
Fray Luis de León (El Santo de cada día, pag. 31).
La Asunción Jocotenango, 15 de agosto
de 2021.